domingo, agosto 16

Hay ese dicho tan mítico que recuerda que es más fácil recuperarse de un fracaso que de un triunfo. Es verdad, infinitamente más fácil… Pues con un triunfo habrá amplias oportunidades para cagarla”. (Guillermo del Toro, director del cine)


Solo arriesgándose, aún sabiendo que se puede fallar, se consiguen los mejores resultados. El conservadurismo, el ir sobre seguro, no suele conducirnos a grandes gestas. Sin atrevimiento ni riesgo, lo más probable es una recompensa mediocre. La humildad, la capacidad de reconocer los fallos y la voluntad de mejorar, es el ingrediente básico de la cultura del error. Nuestro ego no nos deja reconocer los errores y, con esta actitud, cerramos la puerta a la mejora. ¿Alguien cree que la bombilla se inventó a la primera? Edison, lejos de decir que se equivocó 999 veces antes de dar con el invento, afirmaba que ya sabía cómo no fabricar una bombilla de 999 formas.

¿Y dónde podemos prepararnos para solucionar todo esto? Desde la enseñanza, es allí donde hay que dar el primer paso. Eso por la parte de los errores. ¿Y por el lado de las disculpas? Depende de cada uno ;)

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